lunes, 7 de marzo de 2011

La pintura

 Principales características de la pintura renacentista
  • Es narrativa: expone historias y sucesos, reales o ficticios, sacados de la religión, de la mitología o de la historia.
  • Es realista: las figuras humanas o de animales, y los objetos inanimados están reproducidos con el mayor cuidado porque se parezcan en todo a sus modelos reales.
  • El cuadro se presenta como un escenario: un espacio cúbico, sugerido por medio de los recursos que enseña la perspectiva geométrica recién descubierta y dan la ilusión de profundidad.
  • El punto de vista del pintor suele estar en el centro del cuadro. La composición está sometida a esquemas intelectuales, es decir, razonados. Suele preferirse la forma simétrica en la distribución de las figuras.
  • En cuanto a los esquemas de composición preferidos, son el triangular (con el vértice arriba o invertido) y el rectangular con la división del espacio en segmentos áureos. En algunos casos, los triángulos son dos combinados.
  •  En general, es una pintura dibujística (S. XV), que se fundamenta en el poder definidor y expresivo de la línea, y considera el color como un accidente de la materia de importancia secundaria. Las formas se cierran con un dibujo de trazo continuo y su separación del fondo es absoluta. En el S. XVI se evoluciona hacia una mayor importancia del color (Venecia) y hacia una pincelada más suelta (Tiziano), además de introducir el sfumato (Leonardo).
  • Se da interés preferente al cuerpo humano, en particular al desnudo, cuya anatomía se estudia y copia cuidadosamente.
  •  A partir del siglo XV, se usará en vez del temple, la técnica del óleo, inventada por los pintores flamencos, que facilitará el desarrollo de la pintura de caballete.
Durante el renacimiento surgen diversas escuelas, estas adquieren el nombre de la ciudad donde se desarrollan: la Escuela Florentina, la Veneciana o la de Milán. Cada una tiene sus características particulares, favoreciendo algunas la línea, otras la forma, el movimiento, el espacio, el color o la expresión psicológica. Estas escuelas alcanzan su florecimiento y esplendor en el siglo XVI, siendo sus principales representantes Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, Rafael y Tiziano. Se hace una distinción por generaciones, existiendo artistas del Quattrocento (siglo XIV) y del Cinquecento (siglo XV).También se clasifica entre Temprano y Alto Renacimiento.

La pintura del Quattrocento (1420 -1500)

En el renacimiento temprano se volvió la mirada a la Grecia y Roma clásicas en busca de inspiración; los hombres se declararon a sí mismos como parte de una civilización revitalizada y superior al pasado inmediato (Edad Media). El arte se centra en lo humano y hay preferencia por escenas sencillas. La pintura se caracteriza por lo siguiente:
  • El cuadro suele estar "centrado", con un claro eje de simetría y orden en la composición.
  • Suele haber una unidad de tiempo, espacio y tema.
  • Se emplea la perspectiva, mediante un cálculo matemático y geométrico que determina la situación de los objetos en el espacio del cuadro, buscando el logro de la tridimensionalidad. Este recurso visual se denomina perspectiva lineal, y supone la existencia de un punto en el cual convergen todas las líneas del cuadro: punto de fuga.
  • La luz adquiere importancia como definidora de volúmenes. Se utiliza de una manera uniforme (Boticelli) o creando sombras (Masaccio, Piero de la Francesca).
  • Temas: hay temas religiosos y paganos; se destacan también los paisajes (estudio de la naturaleza) y el retrato.
 La pintura del S. XV va a experimentar una enorme evolución, desde el empleo de las formas aún ligeramente decorativas y el uso de dorados y vistosos colores de Fra Angélico en la primera mitad del siglo hasta la consecución, por ejemplo, de los magníficos sistemas compositivos empleados por Mantegna van a sucederse toda una serie de aportaciones pictóricas que depurarán el lenguaje renacentista.

 La ingenuidad de Fra Angélico


   
La Anunciación (temple sobre tabla)

El retablo de La Anunciación fue realizado para la iglesia del convento  de Santo Domingo de Fiesole, entre 1425 y 1428. Está formado por una tabla central, rematada en la parte inferior por un banco o predela. La tabla principal representa la Anunciación en primer plano, en un interior, y la Expulsión de Adán y Eva del Paraíso Terrenal, en un segundo plano exterior.

La relación entre estos dos episodios es la redención del pecado original por la llegada de Cristo, anunciada a la Virgen por el arcángel San Gabriel. Fra Angélico sitúa a la Virgen y el Arcángel en un marco arquitectónico, definido por una arquería, que recuerda las obras de su contemporáneo Brunelleschi, como el pórtico del Hospital de los Inocentes. El tratamiento racional del espacio y el estudio de la perspectiva geométrica recogen los planteamientos del arte renacentista. El ángel se inclina ante María, que adopta una actitud de humildad. El orden y la sencillez del cuarto que se abre tras la escena alude a las virtudes de la Virgen, así como el pequeño libro de oraciones que tiene abierto sobre sus rodillas. La paloma del Espíritu Santo proviene de las manos de Dios, en la esquina superior izquierda, y atraviesa el jardín del Edén, reafirmando el carácter de redención del pecado original que posee la encarnación de Cristo. La predela se compone de cinco paneles donde se representan cronológicamente episodios de la vida de la Virgen: Nacimiento y Desposorios, Visitación, Adoración de los Magos, Presentación en el Templo y Tránsito de la Virgen.

El tratamiento iconográfico de estas escenas es el característico de la pintura italiana de los siglos XIV y XV. En esta obra maestra del Quatrocento italiano destacan la maestría del color y la luz, y la carga poética que se desprende de las figuras. En 1611 se vendió para construir el campanario al duque de Mario Farnese quien la regaló al duque de Lerma, gran ministro de Felipe III. En España estuvo primero en la iglesia de los dominicos en Valladolid, para pasar posteriormente al Convento de las Descalzas Reales de Madrid, desde donde ingresó en el Museo del Prado en el año 1861 gracias a las gestiones del pintor Federico de Madrazo, por entonces director del Museo.
http://www.jdiezarnal.com/artepinturalaanunciacion.html


Masaccio: el pintor del color, la luz y el volumen









El Tributo.
Fresco. Capilla Brancacci. 1424-27

Esta pintura narra el episodio evangélico en el que Cristo (centro), contesta, a pregunta del recaudador de impuestos: "al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios", a la vez que ordena a Pedro que cumpla con esta obligación,  recogiendo el óbolo  de la boca del  pez (el milagro, izquierda) y  pagándo después al recaudador romano (derecha).

La escena narra tres momentos distintos en el tiempo y el espacio, representándoloes en la escena, sin seguir el orden lógico de lectura (izquierda derecha) sino:centro, izquierda, derecha:

En primer término representa el momento en que el recaudador pide el impuesto y Cristo ordena a Pedro que cumpla con la obligación de pagar. El segundo, a la izquierda, cuando Pedro recoge el óbolo de la boca del pez, (el milagro) tratado de modo bastante marginal. El tercer momento, a la derecha, refleja el momento en que o Pedro cumple, pagando al recaudador.
En realidad no se trata de explicar el milagro, sino de dar una lección moral, una postura ética, en este caso la de Cristo, que manda pagar el impuesto y cumplir así con las obligaciones cívicas de una manera ejemplarizante.

Desde el punto de vista comnpositivo, destaca en primer lugar el grupo central, que adquiere una apariencia de masa compacta, de bloque en torno al maestro. Este aspecto se logra, en primer lugar, a través del modelado de los volúmenes, que Massacio resuelve de modo similar a Giotto, con un tratamiento escultórico de los cuerpos.Además la luz incide con toda rotundidad en Cristo y el grupo, con lo que se reafirma su protagonismo; sin olvidar la importancia adquirida de nuevo por la interrelación psicológica de los personajes, que relaciona a todos ellos entre sí y al grupo con el gesto autoritario de Cristo. Este hecho se ve reforzado por una evidente isocefalia, al modo medieval, si bien los pies están a distinto nivel.

La arquitectura que enmarca la escena es muy "brunelleschiana" permitiendo, no sólo introducir profundidad, sino para enlazar con el grupo principal gracias a las líneas proyectadas que van de uno a otro. De la misma manera, el gesto del brazo de Cristo y Pedro, llevan nuestra mirada hacia la escena del milagro. El paisaje del fondo (muy de Giotto), pone de nuevo de manifiesto la rotundidad  y su volumetría, llena de fuerza expresiva y vigor, de las imágenes.

La Trinidad, el prodigio de la percepción tridimensional

 






















Trinidad: Fresco. Sta María Novella
 

La composición se articula en dos escenas diferentes: 

En la parte inferior encontramos un altar que hace las veces de sepulcro enmarcado por columnas, sobre el que figura un esqueleto. Obviamente, no nos mira, pero nos lanza un mensaje que podemos leer en el fondo: "Lo que vosotros sois, yo fui, lo que yo soy vosotros  seréis".
La segunda escena, nos presenta a los donantes arrodillados, dispuestos a ambos lados de la escena principal pareciendo asistir a ella desde otro plano, como si estuviesen fuera de la representación. La respresentación central es una Trinidad, en la que Masaccio nos muestra al Padre sosteniendo con firmeza la cruz en la que yace el Hijo muerto, mientras el Espíritu Santo, como paloma, se sitúa entre las cabezas de ambos. Al pie de la cruz se encuentran María y San Juan, deesis, escena típica del Calvario. 
 Masaccio nos sitúa ante una arquitectura clasicista en la que dos enormes pilastras de orden corintio enmarcan un arco de medio punto sostenido por columnas jónicas. Tras el arco se inicia una bóveda de medio cañón decorada con casetones que alcanza hasta el otro arco que al fondo cierra la composición. Aquí encontramos una novedad absoluta, la construcción que nos presenta el pintor y la composición toda se hallan sometidas a las leyes de la perspectiva geométrica por primera vez en la historia de la pintura, hasta tal punto que el espacio pintado parece real y el espectador cree encontrarse ante un enorme hueco abierto en la pared de la iglesia. Al parecer Masaccio recogió las enseñanzas que, al respecto, había recibido de Brunelleschi, a quien conoció en la ciudad de Florencia.

En las siguientes imágenes podéis analizar la composición






















(Reelaborado a partir de: http://aprendersociales.blogspot.com/2008/02/la-trinidad-de-masaccio.html)

  
Este vídeo, en inglés lo explica muy, muy bien 






Boticelli: la elegancia de la línea

"(...) Cortejo fiel tus hijos acompaña, ¡oh Madre del Amor, Venus, divina! Céfiro, de rocío el prado baña y en él sus mil aromas disemina. A su paso, en la vega y la montaña, Flora sonríe blanca y purpurina; polícroma la grama reverdece."
                                    Poliziano

LA PRIMAVERA
Sandro Botticelli. 1482
Pintura al temple sobre tabla. Galería de los Uffizi. Florencia.





ANÁLISIS
La pintura de Botticelli nos propone nuevos valores basados en una linealidad llena de gracia y elegancia, un dibujo rotundo y, sobre todo, un mundo lleno de dulzura, de sentimiento, por su belleza delicada, por sus figuras dulces. Algunos especialistas  hablan de una vuelta a la estética del gótico internacional, aunque el mundo pictórico de Sandro Botticelli está mucho más cerca del manierismo  del cinquecento que de las formas del gótico.

En un bosque de naranjos y laureles, sobre una verde alfombra de césped y flores, centrando la composición, aparece la diosa del amor: Venus. Los naranjos forman un arco apuntado que subraya la centralidad formal y temática de la diosa. Venus se ha apartado hacia el fondo del bosque, la posición de su figura y de sus gestos así parece indicarlo, para dejar paso a una bella joven, vestida con un floreado vestido, coronada de flores y esparciéndolas por el césped. Su bello rostro nos mira sonriente, mientras que a su lado otra joven de sus mismos rasgos y rubios cabellos, por cuya boca salen también flores, las mismas que caen sobre la joven descrita, vestida con una transparente túnica, está siendo raptada por un joven alado que, con el ceño fruncido, sopla sobre ella. En el lado izquierdo de la composición, tres jóvenes bellezas rubias enlazan sus manos en una elegante danza. La que nos da la espalda mira a un joven cuya mirada se dirige hacia el cielo. Va ostentosamente armado con una espada y con una vara en la que se enroscan dos serpientes, y con un brazo aparta unas negras nubes que pretenden entrar en este delicioso bosque. Por último, un niño alado sobrevuela, con los ojos tapados y armado con arco y flecha, la figura central.

La figura central es la diosa Venus que, con un gesto elegante se aparta para dejar pasar a Flora, diosa de la  Primavera. La joven de vestido transparente que aparece a su lado es Cloris perseguida por el Céfiro quien, con su aliento transforma a la ninfa en Primavera. En el lado izquierdo, las tres rubias bellezas son las tres Gracias y el joven guerrero es Hermes-Mercurio (sus pies alados lo identifican) que con su caduceo aparta las nubes. En su roja túnica vemos llamas doradas. Por último, Cupido-Amor, a pesar de su ceguera, lanza, con absoluta seguridad, su flecha a la Gracia que, de espaldas a nosotros, mira a Mercurio.

COMENTARIO
Dos problemas plantea el análisis de La Primavera: uno, identificar el texto literario que sirvió a Botticelli de fuente iconográfica; el otro sería la correcta lectura iconológica del mismo. Con respecto al primero, las fuentes literarias que pudo manejar el pintor, los especialistas señalan, fundamentalmente, los Fastos de Ovidio donde se describe la llegada de la Primavera a través de la metamorfosis de la ninfa de la tierra, Cloris, en Flora, por obra y gracia del viento Céfiro. Éste se enamora apasionadamente de Cloris y la posee violentamente; arrepentido de su violencia, transforma a la ninfa en Flora. A la izquierda de la composición, las tres Gracias, compañeras de Venus danzan armoniosamente. Las Gracias {Voluptuosidad, Pulcritud y Castidad) gesticulan en una danza armónica. La Castidad se sitúa entre la Voluptuosidad (que tiene aspecto agitado) y la Pulcritud (comedida en aspecto y atavío), que la coronan y protegen ante el ataque del ciego Amor, ya que está siendo punto de mira del la flecha de Cupido para que se enamore de Mercurio, al cual está mirando. Mercurio es el que guía a las Gracias. Con su caduceo (símbolo de la concordia) aparta las nubes que pretenden entrar en el Bosque del Amor, del cual es él su guardián (espada) y señala a Castidad, que dirige hacia él su mirada, el camino del Cielo. La lectura que podríamos hacer de la pintura sería la de una plasmación del Jardín del Amor de Venus.




  Otra de sus grandes obras de tema mitológico


"(...)Por los céfiros lascivos empujada
veríais la diosa que del mar salía
exprimiendo cabellera remojada
mientras otra mano el pecho la cubría."
Poliziano


Nacimiento de Venus Temple sobre tabla 





El análisis en vídeo, para variar...

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