miércoles, 9 de marzo de 2011

Cinquecento. Arquitectura



Características

Si Florencia había sido la ciudad del Quattrocento italiano, Roma será la del Cinquecento; a lo largo del s.XVI la capital artística de Italia va a "trasladarse" a Roma, principalmente por la enorme influencia del Papado, el cual se convertirá en gran protector de los artistas y contratante de obras. Este hecho influirá en los temas y en el tratamiento que de ellos se hace, marcado por normas de “decoro” impuestas por la iglesia.
     Junto con esto, hay que añadir que el arte renacentista clásico alcanzará en estos momentos su culminación, además de que el espíritu revisionista y exhaustivo propio del Renacimiento dará origen a la aparición de tratados escritos sobre el lenguaje artístico, sin olvidar tampoco que ésta será una época condicionada artísticamente por el quehacer de grandes figuras tales como Miguel Ángel, Rafael o Leonardo da Vinci.
Con respecto a la división que suele establecerse del s.XVI italiano en lo que respecta al arte se puede decir que, a rasgos generales, el clasicismo adquirirá una potencia enorme durante la primera mitad del siglo siendo sustituido, a lo largo de la segunda, por un barroquismo de las formas correspondiente al estilo manierista.

     Equilibrio, austeridad, robustez y predominio de la arquitectura sobre la decoración son características principales de las edificaciones cinquecentistas clasicistas, como se puede apreciar claramente en las obras de uno de sus principales representantes, Bramante (San Pietro in Montorio, en el que recoge la herencia romana a través del uso de la tipología de planta central circular). Se emplean ahora los volúmenes con un sentido plástico, buscándose el contraste y el juego mediante la conjugación de las formas y el manejo de la luz (elementos cuyo uso teatral se buscará deliberadamente, exagerándolo, durante el periodo manierista).
     Ésta va a ser una época de grandes construcciones y de grandes autores asimismo; a lo largo de este siglo XVI se inicia el desarrollo y ejecución de uno de los más importantes planes arquitectónicos como será el destinado a la creación de la basílica de San Pedro del Vaticano. 
(Reelaborado de:  http://www.arteespana.com/cinquecentoitaliano.htm)

Bramante: el equilibrio clasicista 

SAN PIETRO IN MONTORIO
Donato Bramante. 
Renacimiento Italiano. 
Cinquecento
Roma

ANÁLISIS
San Pietro in Montorio es una obra arquitectónica que presenta unas características morfológicas peculiares. Su planta es circular y sobre un cuerpo de tres gradas, a modo de estilóbato, descansa una fila de dieciséis columnas de fuste liso, siguiendo los modelos del orden toscano. Este elegante peristilo sostiene un friso que recuerda al entablamento dórico, con triglifos y metopas sobre las que se dibujan, en un relieve poco pronunciado, algunos objetos litúrgicos. Hasta aquí todos los elementos descritos se enmarcan dentro de la más pura tradición arquitectónica que sigue los modelos del clasicismo greco-romano; pero este esquema compositivo se rompe en la parte superior de tan bello pórtico, porque en él se alza una diminuta balaustrada que rodea el cuerpo superior, creando un espacio de transparencia casi etérea, que contrasta con la pesadez de formas de la columnata que la soporta.
      Tanto en un piso como en otro, los paramentos alternan profundas hornacinas con grandes ventanales, separados entre sí por pilastras. Dichas hornacinas, vacías, sólo permiten algún elemento decorativo en su parte superior, ya que éstas culminan con una media cúpula gallonada, como una venera. Este cuerpo interior se halla cubierto con una cúpula bulbíforme, con un perfil de curva y contracurva, coronada por una forma apuntada. El conjunto arquitectónico, a pesar de su grandiosa apariencia, es de pequeñas proporciones.

COMENTARIO
Se trata de un templete conmemorativo erigido entre los años 1499 y 1505, en un lugar de Roma donde, según la tradición, el apóstol San Pedro había sido crucificado y decapitado. Fue costeado por los Reyes Católicos y proyectado por el arquitecto Donato Bramante, quien, después de una larga estancia en Milán, se trasladó a la ciudad de los Papas, comenzando así, la última y más trascendental etapa de su actividad artística.
El pequeño templete de Bramante puede considerarse como el paradigma del templo platónico ideal, tal como lo vemos imaginado en el cuadro “la Entrega de las llaves”, del Perugino, o en los ”Desposorios de la Virgen”, de Rafael. Pero, además de estas conexiones con el mundo de la especulación filosófica, San Pietro in Montorio es un directo descendiente de los viejos templos circulares de Vesta y el Panteón de Agripa, y sigue la tradición conceptual de los mausoleos paleocristianos y bizantinos. En él se resume toda una serie de formas arquitectónicas que fueron válidas en otros tiempos y que van a continuar marcando los gustos estéticos del mundo occidental. Por ello, el templo circular será un modelo habitual en las escenas paganas de los pintores de épocas posteriores.
Bramante quiso plasmar con ella la figura que transmite más fielmente la idea de eternidad, coronada por una cúpula que nos transporta desde el mundo terrenal al celeste.  La belleza es, para los neoplatónicos, el esplendor de la bondad divina, la cual se va desintegrando en su camino por la región celestial en tantos rayos como esferas o cielos hay. Los artistas que abrazan tal concepción del mundo van a crear formas próximas a esta idea de belleza unida a la divinidad. De ahí que el círculo y la esfera sean consideradas como las figuras perfectas y estén presentes en todas aquellas obras que aspiran a la consecución de un ideal estético cercano a lo absolutamente bello y, por tanto, a lo absolutamente perfecto.
 

Miguel Ángel: La grandiosidad de un genio 
  
La cúpula de san Pedro fue diseñada por Miguel Ángel a mediados del siglo XVI. El papa Pablo III le encargó la terminación una planta de cruz griega, un tanto alargada en su brazo longitudinal, y cubierta con una gran cúpula en el centro. Para ello tiene que reforzar los cuatro pilares que había previsto Bramante y que servirían para sostener la enorme cúpula de 42,5 metros de diámetro situada sobre el altar mayor ,en el lugar donde se encuentra (debajo) la tumba del apóstol S. Pedro.
Miguel Ángel proyecta una doble cúpula (una interior y otra exterior) según el modelo que ya había realizado Brunelleschi en Santa María de las Flores en Florencia en el XV.  Anclada sobre un tambor decorado con columnas pareadas, entre ventanas rematadas con frontones triangulares y semicirculares. La cúpula está atada por unos nervios que separan los gallones (plementos), articulando todo el espacio. Está rematada con una linterna que permite la entrada de luz cenital en el interior de la basílica.










Andrea Palladio: la perfección  clásica adaptada al medio

Estudioso y erudito de la arquitectura de la antigua Roma, quiso recobrar el esplendor de la Antigüedad, si bien también estuvo influido por sus inmediatos predecesores, en especial Bramante, Miguel Ángel, Rafael.La claridad y severidad de las formas, inspiradas en los escritos de Vitruvio y la estructura simétrica de sus obras constituyeron el paso de la transición del Renacimiento clásico al  Barroco clasicista. En su extensa obra destaca la construcción de iglesias (S. Giorgia Maiore en Venecia) y de las villas, cuyo modelo ha sido copiado en siglos posteriores.

Villa Capra (villa rotonda)
Desarrolló un esquema de villa ideal: un bloque central de planta simétrica que presenta al exterior un un pórtico, prolongado por las largas alas de los edificios agrícolas -extendidas en línea recta o en ángulo- que enlazan la villa con el paisaje circundante. Todas las fachadas eran diseñadas de tal manera, que sus moradores tuvieran buenas vistas desde cualquier ángulo de la casa. También, en algunos casos, el uso multiplicado del pórtico en cada una de sus fachadas tenía la finalidad de proteger del sol a las personas que quisieran disfrutar del paisaje.

Palladio solía usar como modelo en sus villas la elevación de los templos romanos. La influencia de este tipo de edificio clásico no se reducía a esto únicamente, pues también tomaba de ellos la forma cruciforme, que posteriormente sería conocida como marca característica de la obra del maestro véneto. Las villas palladianas eran generalmente construidas con tres pisos: un basamento rústico, que contenía las estancias del servicio y habitaciones menores; sobre ésta, la planta noble, a la cual se llegaba a través del pórtico, mediante escalones exteriores con los que se accedía al recibidor y habitaciones principales; y sobre ésta una entreplanta con estancias secundarias y resto de alojamientos. Las dimensiones de las habitaciones se establecían por medio de simples ratios matemáticas como 3:4 o 4:5.

Planta cruciforme de Villa Capra


A repasar...



Arquitectura del Renacimiento por ramtari

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