sábado, 27 de noviembre de 2010

La villa romana de La Olmeda

UN PALACIO EN LA HISPANIA DEL BAJO IMPERIO ROMANO

Durante los siglos III y IV las villas hispanas muestran un auge sin precedentes, coincidiendo con esa etapa de decadencia de la vida urbana debido a la presión fiscal y la crisis de las actividades artesanales y comerciales. Los poderosos, al trasladarse a sus casas en el campo, llevaron consigo todos los refinamientos que la vida en la ciudad les ofrecía, levantando edificios ricamente ornamentados y cuyos niveles de lujo y suntuosidad no eran inferiores a los de la mejor "domus" de la ciudad.
En la Meseta castellana, durante el Alto Imperio, la economía agraria se había caracterizado por un régimen de pequeños y medianos propietarios agrícolas, junto a unas propiedades de tipo comunal, cada vez menores. De forma paulatina y ya en el Bajo Imperio, los miembros de la familia imperial, los senatoriales y las oligarquías locales fueron acumulando tierras, creando grandes latifundios en un proceso de concentración de la propiedad en unas pocas manos.
Ese es el motivo de que la moderna Arqueología haya encontrado en las tierras castellanas abundantes vestigios de las antiguas villas hispanorromanas, importantes centros de poder enmarcados en un medio rural que tendía a ser autárquico, para lo que disponían de todo tipo de talleres dedicados a la fabricación y reparación de los útiles más diversos. Se piensa, incluso, que llegó a ser frecuente que los ricos propietarios agrarios tuviesen pequeños ejércitos privados, que garantizaban la paz en su fundus.

EL PALACIO CENTRAL DE LA OLMEDA
La villa romana de La Olmeda es una de las más completas y ricas que el Pasado nos ha legado en toda la Hispania romana, siendo de destacar, además, que sus mosaicos polícromos se incluyen entre los más bellos de todo el Occidente del mundo tardorromano.
 Los inicios de esta villa romana parecen remontarse a los años finales del siglo I d.C., alcanzando su ocupación hasta las postrimerías del siglo III, momento de fuerte crisis económica y social. Durante el siglo IV la villa fue reedificada (quizás tras un incendio), de nueva planta y en distinto lugar, estimándose que es en tiempos de Teodosio, finales del siglo IV, cuando alcanza su mejor momento de esplendor. De este momento datan los más extraordinarios mosaicos de la casa. Los "honestiores" que residieron en la villa de La Olmeda supieron, sin duda, dotar a su residencia campestre de los más exquisitos lujos que la vida urbana podía ofrecer en ese momento. A finales del siglo V, o quizás ya en el siglo VI, la residencia es abandonada de forma precipitada. Se desconocen las causas concretas de la violencia y destrucción que se acusan en la villa, pero lo cierto es que nadie quiso, o pudo, pararse a recuperar los abundantes utensilios que quedaron abandonados entre las ruinas. Así al excavar la villa fue frecuente encontrar útiles de bronce o hierro atrapados, a veces, debajo de muros caídos o entre niveles de techumbre y cenizas.


Arquitectónicamente la villa de La Olmeda es un edificio cuya estructura gira en torno a un gran patio porticado (peristilo) con arquería de ladrillo, de forma rectangular, rodeado de cuatro galerías a las que acceden las diferentes habitaciones. Cuatro torres, dos cuadradas en la fachada Norte y dos octogonales en la del Sur, se sitúan en los flancos de la villa. El edificio hubo de tener dos plantas, ya que se han podido identificar los restos de las escaleras que accedían a las habitaciones del piso superior.
Entre las torres, tanto en la fachada Norte como en la Sur, se abren sendos pórticos, sostenidos por columnas. Sobre estos pórticos, terrazas pavimentadas con mosaicos. La entrada principal al palacio se hace por el centro del pórtico Sur, pasando en primer lugar a un atrio o vestíbulo con un sencillo mosaico geométrico. Al fondo del vestíbulo, cuatro columnas pintadas de rojo dan paso a la galería Sur del peristilo. Las habitaciones del ala Sur del palacio son habitaciones de servicios, entre las que destaca la cocina, un almacén y otra sala destinada a algún uso agrícola o industrial impreciso.


En el centro del ala Este se encuentra la sala principal, llamada Oecus, con el mosaico de Aquiles y el de la Cacería. En este mismo ala oriental, un comedor (triclinium) con ábside rectangular, un pequeño dormitorio y tres habitaciones con hipocaustum
El ala Norte del palacio se compone de una larga serie de habitaciones, sin mosaico, cuyo uso se desconoce (quizás dormitorios del servicio). 
En el centro de este ala, otra entrada al palacio, con piso de madera, al que se accede después de cruzar el pórtico, con terraza pavimentada con mosaico. De nuevo se utilizan mosaicos en las habitaciones del ala Oeste del edificio, casi todas con este tipo de piso. 
Destaca el comedor principal (triclinium), de forma muy irregular al haber sido ampliado durante la época de esplendor del palacio. Lo cubren cuatro mosaicos diferentes y tiene también calefacción por hipocaustos. El jardín central es prácticamente cuadrado y tenía en su centro una fuente rodeada por un pequeño mosaico circular. Una pérgola, formada por ocho arcos de follaje, pasaba por el centro del jardín, uniendo las dos puertas de acceso a las galerías del peristilo. En las jambas de estas puertas columnas de mármol blanco. Parece que un canal de agua atravesaba el patio y salía por la puerta Norte.
Junto al comedor principal sale un amplio pasillo o corredor, con piso de tierra, y se dirige hacia el Oeste, a las Termas, permitiendo así a los bañistas trasladarse a este recinto sin salir al exterior.


LAS TERMAS




Se encuentran en el extremo Oeste de la villa, ocupando un amplio espacio dividido por la galería de acceso. A un lado una amplia habitación con hipocaustum, cuya función se desconoce. Al otro lado un amplio vestíbulo pavimentado con mosaico, sirve de apoditerium (vestuario), y da acceso a la zona de baños: tepidarium, caldarium y frigidarium (de forma trilobulada). La zona disponía también de letrinas.




LOS MOSAICOS


El mosaico de la sala principal (Oecus) es la pieza más importante de la villa, tanto por su tamaño -174 metros cuadrados- como por su calidad y su temática. El centro del mosaico lo ocupan los temas figurados, a los que rodea una cenefa geométrica.
Entre los temas figurados, el más próximo a la puerta del salón es un conjunto de paneles con escenas de caza, posiblemente siete, en el que vemos leopardos que luchan con cazadores, un jabalí acosado por jauría de perros, antílopes perseguidos por un león, y otra serie de animales, tanto autóctonos como exóticos. El centro del salón lo ocupa un conocido tema mitológico (Aquiles en el gineceo de Licomedes) que muestra el momento en que Ulises descubre a Aquiles, cuando éste se encontraba vestido de mujer y escondido entre las princesas del palacio real de Skyros, en donde lleva una vida placentera a la que habrá de renunciar para ayudar a los griegos en su lucha contra la ciudad de Troya. En la representación, una de las hijas de Licomedes, Deidamía, sujeta con fuerza al héroe intentando evitar que acuda a la llamada de Ulises. . Tiene figuras de gran tamaño - entre 2,20 y 2,50 mts. de altura - y abundan en él las teselas de mármol y de vidrio.
Rodeando el cuadro de Aquiles hay una cenefa con el tercer tema figurado del mosaico: una serie de medallones ovalados - se conservan catorce de un total de diez y ocho que fueron en origen - con retratos masculinos y femeninos de una excepcional calidad. Mucho Se cree que se trata de las efigies de los dueños del palacio y de sus familiares. En estos retratos las teselas llegan a alcanzar dimensiones minúsculas - hasta poco más de 1 mm. - y lo mismo que en el tema de Aquiles, se utilizan en ellos teselas de mármol y de vidrio. En las esquinas de la cenefa están representadas las cuatro estaciones del año, en bustos femeninos.
Los pasillos que rodean el patio central y los suelos de varias habitaciones poseen también extraordinarias muestras de mosaicos con motivos vegetales y geométricos: flores, hojas, figuras geométricas, cenefas o cruces esvásticas. En total, más de 1400 m2 de mosaicos recubren buena parte de la superficie de la villa.


Y, como siempre, el consiguiente vídeo




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